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Política

El Ministerio de Defensa homenajeó al capitán Humberto Viola, a 50 años del atentado terrorista

El ministro de Defensa, Luis Petri, encabezó ayer al mediodía el acto en homenaje al capitán Humberto Viola, asesinado el 1° de diciembre de 1974 en San Miguel de Tucumán junto a su pequeña hija María Cristina, de solo 3 años, en un atentado realizado por el grupo terrorista autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), un crimen contra la democracia y la sociedad argentina que no debe ser olvidado.

“Venimos en este acto a saldar una deuda histórica. Especialmente para esos hombres y mujeres que en forma silenciosa pero que en actos de arrojo y de heroísmo defendieron a la Patria”, afirmó el titular de la cartera de Defensa, y agregó: “Desde el 10 de diciembre el presidente de la Nación, Javier Milei, habla de que es necesario tener una memoria completa respecto a la historia de nuestro país y una memoria completa respecto de nuestras Fuerzas Armadas”.

“Y esa deuda – dijo el ministro- es la que estamos pagando en el dia de hoy honrando la memoria de Humberto Viola, honrando la memoria de su hija, Maria Cristina, y haciéndolo con Maria Fernanda, que sepa que el Estado argentino, que el gobierno argentino, que sus Fuerzas Armadas están orgullosas del acto entrega, de arrojo y de heroísmo de Humberto Viola, que no fue en vano, porque creemos que quienes dan su vida por la patria merecen todo nuestro reconocimiento”.

La ceremonia se realizó en el Salón San Martín del Edificio Libertador y el ministro Petri estuvo acompañado por los jefes de las Fuerzas Armadas, autoridades del Ministerio de Defensa, familiares del capitán Viola e invitados especiales.

El salvaje atentado terrorista ocurrió el 1° de diciembre de 1974, cuando el capitán Viola, su esposa, María Cristina Picón, embarazada de cinco meses, y sus hijas María Fernanda y María Cristina se dirigían a almorzar en la casa de sus padres, en la capital tucumana. En el trayecto, el vehículo del oficial del Ejército Argentino fue interceptado por una decena de terroristas del ERP, que ametrallaron el interior del automóvil.

Frente a la emboscada, el capitán Viola reaccionó con extremo valor y se arrojó sobre su familia en un intento de protegerla aún a costa de su vida. La cantidad de atacantes superó el esfuerzo del oficial y los disparos no solo dieron en su cuerpo, sino que también provocaron la muerte de María Cristina y graves heridas a su otra hija, María Fernanda, de apenas 5 años. Solo resultó ilesa la esposa del capitán Viola. Malherido, el oficial descendió del vehículo en procura de enfrentar a los terroristas, pero recibió mortales disparos de escopeta.

A 50 años de ese atentado, el Ministerio de Defensa recuerda la muerte del capitán Viola como un ejemplo del sacrificio de los miembros de las Fuerzas Armadas que fueron víctimas de las organizaciones terroristas.